lunes, 8 de diciembre de 2008

poca fidelidad


Vale que esté en contra de las películas dobladas y que sea fan de las sesiones subtituladas de los Cines Renoir. Pero, puestos a doblar una película y quitarle parte de su esencia: ¿Por qué no traducimos, al menos, su título con ciertas similitudes al original? ¡Pues no! Es mucho mejor inventárnoslo señores. De ahí Olvídate de mí (Michel Gondry, 2004) en lugar del original Eternal Sunshine of the Spotless Mind, casi lo mismo...

Y es que soy radical cuando de doblaje se habla. No es imaginable lo que se pierde al no escuchar una película o serie en toda su esencia. Me remito a la última película de los hermanos Coen, Quemar después de leer (Burn alter reading, por lo menos un título fiel). Un amigo me comentó tras verla que no le había gustado nada, que se había aburrido mortalmente. Yo, sin hacerle ni caso, me fui a verla, en su versión original subtitulada por supuesto. Estoy segura al 100% de que, a pesar de que no es la mejor película de estos hermanos, yo disfruté de ella porque la vi en toda su esencia, con los tacos que Brad Pitt soltaba y la furia al hablar de John Malcovich.

Cabe mencionar las películas y series que incluyen algún personaje que habla español. Dexter, cuenta en su reparto con varios personajes latinoamericanos, y de vez en cuando el protagonista Michael C. Hall, intercambia vocablos españoles con su compañero. Sí, es un detalle minúsculo, pero se pierde con el doblaje. Pero ese detalle cobra grandes dimensiones si toda la película está rodada en dos idiomas 50%-50% y me refiero a Vicky Cristina Barcelona, de Woody Allen. En esta película el personaje de Javier Bardem le pide constantemente a una magnífica Penélope Cruz que hable “in english” delante de su invitada americana, Scarlett Johansson. Bien, ¿qué ocurre en la versión doblada? La mayoría de las situaciones resultan ridículas, como cuando se juntan el personaje del padre de Bardem, y una de las americanas: Javier traduce amablemente lo que el padre dice en castellano al inglés, para que su compañera lo entienda. ¿Qué ocurre en la versión doblada? Que debemos suponer que el padre ficticio de Bardem es o sordo o idiota, porque no reacciona al ver que su hijo habla de él delante de sus narices.

En fin, creo que mi opinión queda clara. Una pausa al hablar, un acento, un matiz en una sílaba no se puede doblar, por más que se intente. La voz de cada persona es única. No pienso recurrir a decir que España es de los pocos países en los que el doblaje se lleva a cabo, creo que eso ya lo sabemos casi todos. Yo me remito al sentimiento individual, a mí me gusta así.

Os dejo una serie de títulos que poco tienen que ver con el original:

North by Northwest (Alfred Hitchcock, 1959) por Con la muerte en los talones.

Rosemary’s baby (Roman Polanski, 1968) por La semilla del diablo.

Le fabuleux destin d’Amélie Poulain (Jean Pierre Jeunet, 2001) por Amelie.

The Searchers (John Ford, 1956) por Centauros del desierto.

My man Godfrey (Gregory La Cava, 1936) por Al servicio de las damas.

Die Hard (John McTiernan, 1988) por Jungla de cristal.


Para mí el cine no es un trozo de vida, sino un trozo de tarta. (A.Hitchcock)

domingo, 7 de diciembre de 2008

46º FICXixón


Nunca había escuchado aplausos en una sala de cine. Bueno, miento. Todavía me acuerdo de esos cinco aplausos ahogados por parte de unas jovencitas emocionadas tras ver Star Wars Episodio III: La venganza de los Sith (George Lucas, 2005).Pero nada comparado con la satisfación que sentí cuando el público arrancó en aplausos tras mi primera película en mi primer festival de cine.

Y los aplausos se repitieron... día tras día, película tras película. Algunos eran aplausos de compromiso, otros de total agradecimiento... aplausos al fin y al cabo.

La esperada película/documental del director independiente británico Chris Waitt llegó a España aterrizando en la verde Asturias. A complete history of my sexual failures (nominada al Gran Premio del Jurado en el Festival de Cine de Sundance 2008) no defraudó.

Comienza la película, y el director, que es el protagonista indiscutible de la cinta, nos explica que ha decidido contactar con sus exnovias para ver qué ha hecho mal. - Oh, oh. Esto suena a Alta Fidelidad (Stephen Frears, 2000) en versión real -. Pero tuve que tragarme mis palabras. Sí, al igual que el personaje de John Cusack, Waitt contacta con sus exnovias, pero no van más allá los parecidos entre estas dos cintas. Este joven rubio, desaliñado y desastroso no tiene límites. Se despoja de toda vergüenza y se muestra con toda naturalidad ante la cámara. Pasa por todo tipo de situaciones bochornosas, revive todo tipo de sentimientos y abre heridas recién cerradas.

Carcajadas contínuas a lo largo del film y repetidos comentarios alabando lo "jodidamente impresionante que es este tío". Quizás no sea una película que marca un antes y un después en la vida de uno, pero sí una de esas que se recuerda diciendo "cuánto me he reído".

Muchas son las películas que han pasado por la Sección Oficial del Festival Internacional de Cine de Gijón este año, algunas sobresalientes y otras rozando el aburrimiento absoluto. Espero poder hablar de muchas de ellas aquí, en este recién estrenado proyecto de blog de cine. Gracias de antemano.

Para mi el cine no es un trozo de vida, sino un trozo de tarta. (Alfred Hitchcock)